1/12/16

La casa de arenas movedizas, de Carlton Mellick III





La casa de arenas movedizas (Quicksand House)
Carlton Mellick III (Traducción de Hugo Camacho
Orciny Press 
246 páginas  | 2016





La casa de arenas movedizas es uno de los títulos que estaba esperando con más ganas. Desde que leí Fantasma de Laura Lee Bahr y descubrí cual sería el siguiente título de la colección. Y aunque no he podido leerlo hasta meses después de su publicación, tengo que decir que ha cumplido con todas las expectativas que tenía. Me declaro una seguidora entregada al bizarro.




Polly y Pulga viven en la guardería, donde son cuidados por la tata Warburough hasta que sus padres vayan a recogerlos. Hasta aquí sería una historia común, pero entonces descubrimos que Pulga tiene once años, y que Polly está atravesando por importantes cambios tras su decimoquinto cumpleaños. Y ahí continúan, encerrados en una gran habitación a la que llaman la guardería, y que sólo abandonan para ir al colegio a través de un ascensor, sin haber visto nunca a sus padres, quienes viven en la misma casa.

Comencé a plantearme cómo era esa casa de grande para que nunca se hubieran conocido. En qué clase de personas nos habíamos convertido en el futuro para delegar en otra persona la crianza de los hijos, para quienes no tendríamos ni un minuto de nuestro tiempo hasta que, según su tata afirma, alcancen la madurez.


La trama avanza y con ello nos adentramos en una de las historias más extrañas que he leído. Era habitual abandonar la página que estaba leyendo para regresar a la imagen de la cubierta, y confirmar que Polly es tal y como está ilustrada.  Pelo verde, cornamenta que cada día crecerá más...  Para mi sorpresa, aceptaba todo lo que sucedía en la historia y cada vez iba creciendo en mí las ganas de continuar y descubrir qué nuevas locuras tenía preparadas Carlton Mellick III.



Los dos protagonistas son felices en la guardería. Sueñan con el día en el que sus padres vayan a por ellos y puedan salir a conocer otras estancias de la casa, pero hasta que ese día llegue, son felices con su tata, sus compañeros de clase, y sus juegos. Todo cambia cuando su cuidadora comienza a sufrir perdidas de memoria. Descubrirán un terrible secreto y tomarán la decisión de abandonar el único lugar que han conocido durante toda su vida, y en el que les enseñaron sería el único lugar donde podrían estar seguros.

Con mucho miedo ante lo que puedan encontrar tras esa puerta, abandonan la guardería y con ellos vamos poco a poco sumergiéndonos en esas arenas movedizas de las que parece imposible salir.



Es una novela de emociones. Repleta de ternura hacia los dos protagonistas, por el hecho de estar buscando sin descanso a sus padres. Buscando, en definitiva, amor. Porque desde que eran pequeños les enseñaron que eran queridos por sus padres, pero nunca han podido disfrutar de una muestra de ese amor.

El miedo también estará muy presente.  Su autor juega con un amplio abanico de temores que la mayoría de personas experimentamos a lo largo de nuestra vida. El mido al rechazo, a lo desconocido, a no ser correspondidos...

Pero todo ello narrado de una manera única, donde el lector se encontrará deseando conocer cuál será el próximo hecho absurdo que tendrá lugar.  Es una historia adictiva,  y aunque en algunos momentos sus escenas violentas / gores /absurdas te lleven a pensar que el escritor comenzó a escribir cualquier hecho que se le cruzaba por la cabeza aunque no tuviera ningún sentido, no es así.




Recientemente se ha publicado Ciudad revientacráneos, la cual estoy deseando leer. Hugo Camacho ha demostrado que edita libros de una gran calidad. Con las dos primeras obras de la colección no defraudó, y esto hace que me acerque a la siguiente novela sabiendo que disfrutaré de una buena historia. 

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