1/7/14

Juego de Tronos #2



  De todo Desembarco del Rey, 
  el único lugar que a Arya le 
  gustaba era su dormitorio, 
  y lo mejor de este era la puerta, 
  una plancha enorme de roble 
  oscuro con tirante de hierro negro. 
  Cuando cerraba aquella puerta 
  y bajaba la tranca, nadie podía 
  entrar, ni la septa Mordane, 
  ni Tom el Gordo, 
  ni Sansa,  ni Jory, 
  ni el Perro, 
  ¡nadie! 
  La cerró.


Juego de Tronos 
pág. 215

Ilustración de Arya Stark,
por Enrique Corominas

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